Ejecutivos y miembros de junta directiva son cada vez más conscientes de la importancia de iniciar el camino de la transformación digital, un concepto que suena atractivo, pero que no es tan fácil de comprender e implementar.
Por: José Betancourt, DBA(c). Profesor LSO.School, consultor de lymgroup.com
Lo primero que debemos saber es que ya estamos en la era digital y quien se quedó atrás no podrá sobrevivir en el mundo de los negocios. Para las nuevas generaciones resulta obvio, sin embargo a los empresarios mayores les cuesta creer que una empresa pueda manejarse digitalmente, incluso desconfían de muchas de las herramientas dispuestas para ello, o no les es fácil adaptarse.
En Latinoamérica falta desarrollo tecnológico, comparativamente con Europa, Asia o Estados Unidos, aun así la era digital ya entró en nuestras vidas y debemos adecuarnos, sin perder de vista que entrar en esa transformación no debe ser el objetivo, sino el camino para mejorar la productividad y competitividad.
Antes de continuar, vale la pena explicar qué la transformación digital es básicamente la reinvención que se aplica a un negocio, ya sea en productos o en procesos, a través del uso de tecnología que genera, almacena y procesa los datos (Rouse, 2018). Esto se puede observar en temas tan sencillos como tomar un taxi, pues hasta hace pocos años, lo teníamos que parar en la calle o solicitarlo en un call center, pero ahora es inimaginable no pedirlo desde la App del celular que nos permite calificar el servicio e incluso hacer el pago.
En las empresas constantemente se siente la presión por buscar oportunidades que permitan aprovechar la conectividad que inunda nuestras vidas a través de la tecnología móvil, los datos y una amplia oferta de productos y servicios sin fronteras geográficas. Para capitalizar estas oportunidades podemos adoptar posiciones complementarias, como rediseñar nuestra propuesta de valor para los clientes o transformar operaciones con el uso de tecnologías digitales (Berman, 2012).
Berman, Vice Presidente y socio de IBM Global Business Services, explica que las organizaciones que tienen el propósito de ajustar su propuesta de valor para el cliente o transformar sus modelos operativos requieren del desarrollo de nuevas capacidades que permitan involucrarse más con el mercado en cada punto donde se crea valor, incluso plantea buscar una colaboración abierta para acelerar la innovación.
Según Berman, algunas de las capacidades que deben fomentarse en las empresas que quieren iniciar su transformación digital son:
- Innovación: Nuestro modelo de negocios debe adaptarse para agregar valor en cada paso de la cadena, para esto requerimos interacción con los clientes, con el producto y nuestro entorno.
- Colaboración: Debemos centrar la atención en el cliente y poner a su disposición herramientas que faciliten una comunicación directa. En este punto las redes sociales juegan un rol fundamental, pero debemos tratarlas con la seriedad que merecen, porque en caso contrario pueden rebotar en nuestra contra.
- Interacción: Tener plena consciencia de la multiplicidad de canales digitales y físicos existentes con el cliente. Cada punto de contacto posible debe ser pensado para generar interacción que impacte positivamente.
- Análisis: Integrar la información proveniente de todas las fuentes posibles, ya sean internas o externas, y sacarles el máximo provecho para poder hacer predicciones analíticas.
- Integración: La cadena de suministro habilitada digitalmente debe permitir optimizar todos sus elementos de forma efectiva en la empresa.
- Redes: Nuestra fuerza de trabajo debe desenvolverse en entornos especializados. La interacción con experiencias y conocimientos de terceros nos permitirá avanzar rápidamente, aprender de los errores de otros y difundir buenas prácticas para aprovechar oportunidades de negocio en el momento correcto.
Estas capacidades sólo podrán ser aprovechadas si la alta dirección de las empresas asume la transformación digital con la relevancia y el compromiso que requiere como enfoque desde la cultura organizacional.
Para finalizar los invito a pensar en la transformación en la era digital como una alternativa para ser competitivos y ver reflejado en los estados financieros el esfuerzo que realizamos en pro de nuestros clientes. Omitir esta realidad, solo nos conducirá a obtener resultados marginales.