Un acelerador de sueños

18 de julio de 2014

Desde su creación en 2011, Connect Bogotá ha acompañado a 167 emprendedores. Keraderm, Giftcode y Zinobe son tres casos exitosos que cuentan cómo fue su experiencia.

Por: Viviana Sánchez

Tener una idea en materia de negocios no es suficiente para materializarla. De hecho, ese proceso incluye superar
una serie de fases cruciales para que una nueva empresa se ponga en marcha y se garantice su crecimiento. Si bien la consecución de capital es una de las prioridades de los emprendedores, día a día se enfrentan al reto de convertirse en líderes en áreas como los recursos humanos o el marketing porque sin este conocimiento cualquier compañía está destinada al fracaso.

En medio de este panorama, las aceleradoras de emprendimiento se convierten en aliadas estratégicas de los emprendedores que las buscan, o a quienes convocan a través de sus diferentes programas, para ayudarles a darles forma a sus sueños. Una de ellas es Connect Bogotá, corporación sin ánimo de lucro que articula acciones de la academia, las empresas y el Estado para impulsar la innovación y, de esta manera, convertirla en un motor de desarrollo del país.

Esta aceleradora que pertenece a Global Connect, una red compuesta por más de 40 organizaciones de todo el mundo, importó la metodología Springboard de San Diego Connect para Bogotá y Cundinamarca. Esta ofrece a
los emprendedores elegidos tras un proceso de selección una mentoría gratuita con expertos en las áreas vitales para el desarrollo de su negocio. A la primera promoción de este programa pertenecen Keraderm, Giftcode y Zinobe, tres compañías que le contaron a MisiónPyme cómo ha sido su experiencia. 

Keraderm hace parte del 10% de empresas de base científica con componente de innovación que apoya la aceleradora. Las otras dos integran, junto con otras, el 90% de los emprendimientos tecnológicos. En total, desde agosto de 2011, Connect Bogotá ha revisado 518 proyectos interesados en aplicar a sus programas y acompañado a 167 emprendimientos. De ellos, siete se han graduado del programa de aceleración Springboard y 14 más están en proceso.

Keraderm:
una cura para heridas de piel

En un viaje a Viena, el cirujano plástico Juan Carlos Zambrano observó cómo sus colegas extranjeros trataban quemaduras de piel con cultivos de células provenientes de donantes. Hace unos siete años volvió a Colombia con la idea de replicar el modelo, pero con su colega, la cirujana Jennifer Gaona, se dio cuenta de que ese tratamiento tardaba mucho tiempo y era costoso por lo que implicaba a nivel científico y técnico. En el país, además, se preferían los injertos de piel para tratar lesiones que la afectaran.

Entonces, se propusieron simplificar el proceso y realizar un cultivo celular en láminas de colágeno de 10 por
10 centímetros a partir de una pequeña muestra de piel y sangre del mismo paciente que padecía las lesiones provocadas por diversas causas. Tras un discreto éxito inicial, presentaron su invención durante el Congreso Colombiano de Cirugía Plástica que se realizó en 2011 en Barranquilla. Rodrigo Soto, también cirujano plástico, vio en esta propuesta una posibilidad de negocio.

Con el compromiso de que él se encargaría del tema empresarial, los tres médicos se asociaron y Rodrigo les propuso a su padre y a su hermano, Jorge Soto, banqueros de inversión, que lo ayudarán con el aspecto financiero. Así nació Keraderm. Según Jorge, director de finanzas de la compañía, el paso siguiente fue iniciar el proceso para conseguir la patente a nivel internacional. Luego realizaron una investigación en cuatro hospitales de Bogotá con 48 pacientes para validar su creación.

En 2011 ganaron el primer puesto en Ventures, concurso nacional de planes de negocio. El reconocimiento les valió la alianza con inversionistas, lo que les permitió en 2012 abrir su primer laboratorio en Bogotá en el que trabajan seis personas en la producción de las nuevas células. Cada lámina se vende por $1.400.000. Desde ahí se envían a los médicos que prescriben este tratamiento a sus pacientes para ser aplicado en clínicas o consultorios particulares o en el mismo laboratorio, si el paciente lo requiere.

Una amiga de Jorge Soto que trabajaba en Connect Bogotá le habló de esta aceleradora de emprendimiento. Por eso, él no dudó en recurrir a ella cuando supo que su empresa debía contar con una entidad acompañante como requisito para aplicar al capital semilla de Innpulsa. Esa amiga también le habló a Jorge del concurso MassChallenge. Keraderm ganó US$50.000 en el certamen que se realiza en Estados Unidos, luego de quedar entre los 120 elegidos para viajar a Boston a trabajar en su proyecto de emprendimiento.

Tras dos años en el mercado y luego de haber tratado a 150 pacientes, Keraderm piensa en expandirse hacia Barranquilla y a otras ciudades, donde quieren abrir laboratorios. Así mismo, seguirán apostándole a su estrategia de marketing. Para él, la asesoría de Connect Bogotá fue vital. «El conocer el ecosistema emprendedor les facilitó darnos una asesoría importante para minimizar errores y saber a dónde teníamos que ir», dice. Por otro lado, recalca que se podría reforzar el acompañamiento en temas prácticos y puntuales que necesite cada emprendedor.

Giftcode: regalos en el momento oportuno

Alexander Vásquez es contador público, pero siempre tuvo una inclinación por la tecnología. Hace seis años, mientras conocía este mercado durante un viaje a Japón, empezó a pensar en lo que haría cuando volviera a Colombia. Un día olvidó que una de sus hermanas cumplía años, pero ya era tarde para enviarle algo. Entonces pensó en la posibilidad de enviarle un bono de regalo a través de un dispositivo móvil con conexión a internet. Ese fue el cimiento de Giftcode.

Durante la creación de la empresa, la penetración de smartphones no era tan grande como hoy y eso dificultaba la compra online. Sin embargo, ese mercado evolucionó a su favor. El proceso de integrar Giftcode con Redeban para que los usuarios pudieran redimir sus bonos fue uno de sus mayores desafíos porque, además, retrasó el acercamiento a las marcas a quienes se les ofrecería el servicio. A esto se sumó que en el equipo, conformado por cuatro socios y tres ingenieros, no había una persona especializada en mercadeo.

En medio de esa travesía, Giftcode se presentó a una convocatoria que abrió Innpulsa en 2012 para otorgar capital semilla a emprendimientos innovadores. Uno de los requisitos era contar con una entidad que los ayudara a canalizar recursos y les brindara asesoría en el desarrollo del negocio. Buscaron a Connect Bogotá y fueron elegidos como proyecto a apoyar. Para Vásquez, gerente, el acompañamiento en la presentación a la convocatoria de Innpulsa fue clave, así como las capacitaciones posteriores en marketing.

A partir de entonces, empezaron a fortalecerse. De hecho, contrataron a un experto para que abordara, a través de su red de networking, a los tomadores de decisiones de las marcas. «Hemos tenido que mostrarles que Gifcode es un canal que puede aumentar el tráfico de compradores en tienda y que es conveniente porque el modelo de negocio es a riesgo sobre ventas», dice Vásquez.

Hoy Giftcode marcha sobre ruedas. Las marcas se pueden activar en solo dos horas y manejan los precios de sus bonos. Hay desde $20.000 hasta $200.000 en promedio. Los usuarios de la plataforma, por su parte, pueden compartir con sus amigos en redes sociales sus marcas favoritas y fechas especiales para que ellos sepan qué darles y puedan enviarles un bono de regalo a través del celular. El bono se redime en las tiendas de cada marca. Los cajeros solo deben digitar un PIN en el datáfono para procesar la transacción. «Nosotros se la ponemos fácil a la gente», asegura el emprendedor.

Luego de tres años de trayectoria, y de casi dos de haberse contactado con Connect Bogotá, Vásquez recalca que le hubiera gustado contar con una asesoría más profunda en el tema comercial. Sobre el futuro, cree que tiene varias ventajas frente a posibles competidores como la plataforma y las alianzas establecidas con las redes bancarias.

También le seguirá apostando al retail. «Queremos ser referentes del mercado en Colombia. Como nuestro modelo de negocio y técnico es fácilmente replicable, queremos llegar a otros países de Latinoamérica e incluso a otros continentes», concluye.

Zinobe: microcréditos online sin papeleo

La historia de Zinobe se originó en Londres en 2008, durante la crisis económica. Tarek el Sherif, quien trabajaba en el sector financiero, fue testigo del desarrollo de emprendimientos tecnológicos más eficientes que los bancos, que dejaron de atender a la base de la pirámide social mientras trataban de salir avante. Entonces decidió radicarse en Bogotá con su esposa colombiana.

En la capital conoció a Martín Schrimpff, fundador de Pagos Online. Dada su experiencia en emprendimientos y la de Tarek en la banca, en 2011 crearon Zinobe, plataforma de microcréditos online. A través de un sistema que permite establecer un perfil de pago del cliente basado en datos estadísticos, se fijaron ofrecer una respuesta en menos de cinco minutos para una solicitud de crédito y un plazo de 24 horas para realizar el desembolso.

Las condiciones del mercado, en donde la oferta de créditos estaba liderada por los bancos que exigían requisitos que no todos podían cumplir, fueron favorables para Zinobe. En 2012 hicieron el primer desembolso. Ese año, su abogado les habló de Connect Bogotá como institución acompañante mientras revisaban los requisitos para presentarse a una convocatoria de Innpulsa. Fueron elegidos y participaron en paneles de asesoría en diferentes áreas.

Héctor Aponte, director de operaciones, afirma que lo más gratificante de esa experiencia fue el networking. «Como startup fue importante que nos contactaran con aliados que nos dieron un voto de confianza. Además, nos dieron recomendaciones sobre mercadeo, un área en la que no éramos expertos. También creo que se debería fortalecer la evaluación de los modelos de negocio porque una de las compañías quebró luego de la graduación del programa», asegura.

Desde su creación, Zinobe ha aprobado casi 15 mil créditos por un valor cercano a los $3.000 millones. Hoy realiza préstamos desde $100.000 hasta $500.000, por un plazo de cuatro a 30 días, a personas naturales residentes en cualquier lugar del país. El préstamo y pago se realiza a través de la plataforma de internet. El pago también se puede hacer por consignación.

En el portal los clientes pueden ver los intereses, los costos asociados al uso de la plataforma y los detalles de su préstamo al día. Zinobe, que no capta dinero del público, pues opera con capital de los socios, es pionera en la prestación de este servicio en el país y se ha tenido que enfrentar a desafíos para posicionarse. «Si ves que alguien presta plata en internet sin requisitos, crees que es una estafa. Nosotros no pedimos nada por anticipado. Hemos tenido que tratar de romper ese paradigma», afirma Aponte.

Con un crecimiento del 400% en el último año, la empresa tiene altas perspectivas a futuro. Seguirá haciendo marketing digital y evalúa incursionar en otras áreas de negocio como la de préstamos a personas no bancarizadas y préstamos mayores para pymes, para lo que requerirían aliarse con inversionistas de capital. Así mismo, ven oportunidades de venta de su tecnología y en el sector de pagos electrónicos que, seguramente, seguirá expandiéndose.

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