Acciones que te empoderan para generar triple impacto

1 de abril de 2022

Acciones que te empoderan para generar triple impacto

Para cumplir con su propósito de generar impacto económico, social y ambiental las empresas que se convierten en Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo (BIC) desarrollan prácticas en cinco dimensiones. Conoce cuáles son aquí. 

Estados Unidos fue el pionero en promover una nueva generación empresarial que busca generar un impacto positivo en la sociedad y no solo un beneficio económico. Fue allí en donde se acuñó el término “empresas de triple impacto” y se comenzó a generar todo un movimiento en diferentes continentes.

Otros países empezaron a adaptar sus legislaciones a este modelo, como Colombia, que en 2018 se convirtió en la primera nación latinoamericana en otorgarles reconocimiento legal a estas empresas mediante la Ley 1901 de 2018. Las denominó Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo (BIC).

[icon icon=»icon: link» background=»#ffffff» color=»#0f86cd» size=»24″] ¿Cómo ser una empresa consciente, rentable y en expansión?

Se trata de compañías que, de forma voluntaria, crean o redefinen su modelo de negocio con el propósito de generar valor económico, social y ambiental, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), enunciados como una guía sobre las acciones que se requieren para que todas las personas gocen de prosperidad.

Las sociedades BIC se comprometen a realizar actividades específicas de beneficio e interés colectivo que incluyen en su objeto social y a reportar cada año sus avances al máximo órgano de la sociedad y al público en general. Esas actividades se clasifican en cinco dimensiones: 

Modelo de negocio: las empresas adquieren bienes o contratan servicios de negocios locales, que pertenezcan a mujeres o minorías, implementen normas que favorezcan la equidad o el medio ambiente y adopten prácticas de comercio justo.

Gobierno corporativo: promueven la diversidad de género, cultura, etnia, religión y orientación sexual en los órganos de dirección como junta directiva, equipo directivo, ejecutivos y proveedores. Además, divulgan de forma transparente sus estados financieros a sus diferentes grupos de interés.

Prácticas laborales: establecen estándares de equidad salarial y una remuneración razonable para sus trabajadores, ofrecen subsidios para capacitar y desarrollar profesionalmente al talento humano, permiten al personal participar en la sociedad a través de acciones, fomentan el equilibrio entre la vida laboral y la privada, y brindan opciones de flexibilidad de la jornada laboral sin que esto afecte la remuneración de los colaboradores.

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Prácticas ambientales: logran eficiencias en el uso de energía, agua o desechos y lo divulgan al público en general. Así mismo, supervisan sus emisiones de gases de efecto invernadero y aumentan las fuentes de energía renovable. Motivan a su cadena a implementar prácticas similares y a realizar auditorías periódicas para verificar los avances. Otorgan incentivos a los trabajadores que, por ejemplo, usen medios de transporte ambientalmente sostenibles.

Prácticas con la comunidad: generan alternativas de trabajo para población desempleada como jóvenes en situación de riesgo, personas sin hogar o que han salido de la cárcel o reinsertados. Paralelamente, incentivan actividades de voluntariado y crean alianzas con fundaciones u otros actores que promuevan obras sociales en pro de la comunidad.

De esta forma, las empresas BIC incrementan su valor reputacional en el mercado y logran un mejor relacionamiento con sus grupos de interés, al igual que sus inversionistas, empleados, consumidores y comunidades. En suma, todos ganan al lograr más inclusión, equidad y bienestar.

Para conocer más acerca de las sociedades BIC, te invitamos a que consultes y descargues el ebook “Sociedades BIC: empresas con propósito”. Encuéntralo aquí:

 

 

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