Emprender y amar, verbos que no riñen

24 de septiembre de 2021

Lux Marina Mora - Lácteos Campo RealPor Adriana Macías Villamarín
CEO
Misiónpyme

Hace poco hice un ejercicio de reflexión sobre mi propósito de vida, algo que suele ocurrirnos con frecuencia a quienes cruzamos la barrera de los 50 años, y les pregunté a cerca de 10 amigos, familiares y conocidos «¿con qué palabra me identificarías?». Para resumirles, las palabras que más escuché fueron «emprendedora», «organizada», «analítica», «exigente”, «recursiva» …..muy positivas…¿o no?

Por algún motivo, sentí que no eran las que quería escuchar de las personas más cercanas a mi corazón. Hasta que le pregunté a mi hija de 10 años y respondió con una sonrisa de oreja a oreja: «amorosa».

En ese momento comprendí por qué me sentía incompleta con el repertorio de cualidades formales que recibí pero lo más impactante es que también hice conciencia de que durante más años de los que hubiera querido he proyectado una imagen ‘profesional y racional’, incluso entre mi familia y mis mejores amigos. En ese momento imaginé lo que podría ser mi epitafio (el cual espero que no se requiera en las próximas décadas): «Aquí yace Adriana, emprendedora, organizada y analítica que fue muy amorosa con su hija».

Ese ejercicio me tiene ahora en franca reflexión. Durante muchos años me he perdido la oportunidad de expresar con más frecuencia mi amor a quienes están incluso en mi propio hogar. Hablando con mi hermano sobre este ‘hallazgo’ le dije que me sentía como una discapacitada emocional, a lo que él muy sabiamente respondió: no, hermanita, más bien una analfabeta emocional.

Pues estimados miembros de esta red, ahora estoy en la tarea de ‘educarme emocionalmente’ pues aunque siempre he promulgado el respeto y la comprensión hacia el prójimo, mis colaboradores, colegas, familiares y amigos, descubrí que el amor por los demás implica mucho más que eso. ¿Cómo avanzar en el camino emprendedor teniendo el amor como un principio fundamental? ¡He ahí la cuestión!

Por eso, ahora estoy buscando esos empresarios que derrochan amor por sus comunidades y lo demuestran con sus proyectos. Echando cabeza entre los cientos de empresarios que conozco recordé a Luz Marina Mora, la fundadora y gerente de Lácteos Campo Real, una tremenda empresaria que está comprometida con el apoyo a mujeres que han padecido cáncer de seno. Hace dos años la conocí, por un proyecto que desarrollamos para el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, para visibilizar a empresas de triple impacto. Luz Marina está dejando una huella profunda en las comunidades que impacta, derrochando amor y apoyo a estas mujeres que sobreviven a esta enfermedad para luego estrellarse con un mundo laboral que las margina por el temor a que enfermen nuevamente y les ‘salga muy caro’.

Quiero confesar que durante mucho tiempo creí que donar a una causa social sería suficiente. Lo hago con frecuencia desde hace un tiempo, pero ese gesto sigue siendo vacío e insuficiente. Ahora busco la manera de apoyar con más decisión este tipo de iniciativas y estoy aprendiendo de ese amor inmenso que mueve a personas como Margory, de la Fundación ABC Prodein, a no decaer en sus esfuerzos por atraer más simpatizantes para su causa por los niños menos favorecidos. Pero no se trata de incrementar el monto de la donación, las oportunidades de ‘agregar valor’ a este tipo de instituciones son muchas y seguramente lograremos aportar a su sostenibilidad desde el conocimiento y el networking.

Han sido semanas enteras de mucha reflexión, que me han permitido comprender que la misión de nuestra Comunidad Empresarial, que les anuncié hace algunas semanas, debe trascender los aspectos básicos de compartir conocimiento, mejores prácticas, generación de negocios e innovación.

Los empresarios tenemos el reto de tocar los corazones de muchos colombianos: nuestras familias, amigos, colaboradores, proveedores, clientes y comunidades. Por eso, hemos comenzado a trabajar en definir un modelo de actuación basado en el triple impacto para que toda esta reflexión que nació de un ejercicio personal de autoconocimiento no se quede en puro blablabla…

Mi primer paso es invitarlos a contribuir con sus ideas, casos, propuestas y conocimientos para hacer de la Comunidad Misiónpyme un epicentro de empresarios con propósito, de líderes enamorados de una misión que trascienda los resultados financieros de su negocio para generar bienestar, sostenibilidad y, especialmente, mucho amor para nuestras comunidades y para nosotros mismos.

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