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En un ambiente de tasas altas, las Pymes cuentan con opciones de financiamiento más allá de los créditos convencionales, como el renting, el leasing y el factoring, para liberar flujo de caja y sin tener que tomar más deuda.
En su última reunión del pasado 28 de abril, la junta directiva del Banco de la República sorprendió al mercado al elevar en 25 puntos básicos (0,25%) su tasa de intervención hasta 13,25%, en un contexto caracterizado por una inflación que parece haberse estabilizado en niveles de dos dígitos (13,34% en marzo) y una economía que comienza a acusar el mayor costo del crédito.
En una decisión dividida, cuatro codirectores votaron por el aumento de 0,25%, dos lo hicieron por mantenerla inalterada e, incluso, uno votó por un incremento de 50 puntos básicos.
“Los hechos muestran que la inflación va a bajar y en la medida en que eso se produzca, que las expectativas comiencen a converger hacia la meta del 3%, va a ser posible frenar el aumento de tasas”, dijo Leonardo Villar, gerente del Banco de la República.
En la misma sesión, fue revelado que el equipo técnico del Emisor aumentó de 0,8% a 1% su proyección de crecimiento para este año, mientras que la inflación cerraría en 9,5%, y en 2024 llegaría a 3,5%.
Síntomas de desaceleración
A pesar de la resiliencia de la economía, que en el primer bimestre del año acumuló un crecimiento anual del 4,4%, medido por el Indicador de Seguimiento de la Economía (ISE), varios indicadores líderes sugieren que algunas actividades muestran desaceleraciones.
Tal es el caso de las ventas de vivienda nueva, que en enero y febrero mostraron una caída del 56%; las de vehículos, que en abril registraron una disminución del -19% anual, o las cifras que reveló el Dane sobre el comportamiento del sector manufacturero en febrero: una variación de 0,4% en la producción, de -1,1% en las ventas reales y de 1,3% en el personal ocupado.
“Todo esto refleja la pérdida del poder adquisitivo de las familias, el alto costo del endeudamiento y la mayor carga financiera tras el importante dinamismo del crédito en 2022”, señala un análisis de Corficolombiana.
De hecho, el reporte de febrero de la Superintendencia Financiera sobre el sistema, reveló que la cartera vencida de los establecimientos de crédito cerró en $27,5 billones, lo que representó un alza del 16,5% frente al mismo mes del año pasado.
De acuerdo con el reporte, además de la cartera de consumo, los segmentos que muestran las mayores caídas son el comercial, vivienda y microcrédito. En cuanto a la primera, presentó una variación anual real (es decir, descontada la inflación) de -20,52%.
Según el reporte de la situación del crédito de marzo, que elabora el Emisor, durante el primer trimestre de año el indicador de percepción de la demanda de crédito continuó en terreno negativo en todas las modalidades.
En el sector corporativo, el indicador por el tamaño de las firmas se redujo para todas las categorías de los establecimientos de crédito. Sin embargo, la mayor caída se registró para las micro, medianas y pequeñas empresas en las compañías de financiamiento comercial, lo que llevó al indicador a ubicarse en mínimos históricos. Esto mismo se observó para las firmas medianas en los bancos.
Para los bancos, durante el primer trimestre de 2023, el indicador aumentó únicamente en la modalidad de microcrédito. La encuesta consultó a las entidades sobre un escenario con excesos de recursos. En líneas generales, los préstamos de consumo siguen siendo la alternativa favorita, aunque para los bancos esta preferencia viene perdiendo importancia desde junio de 2022.
Otras opciones señaladas por los encuestados son los préstamos a empresas nacionales que producen para el mercado interno y los préstamos de microcréditos o pymes. En general, las razones principales para otorgar recursos a dichas actividades continúan siendo la conservación de su nicho de mercado, un menor riesgo y una mayor rentabilidad.
En cuanto al acceso al crédito por tamaño de firmas, el informe señala que para las empresas grandes y medianas mejoró en las compañías de financiamiento comercial, y en los bancos aún se percibe un buen acceso.
En el caso de las micro y pequeñas empresas, se registraron resultados similares a los de tres meses atrás: buen acceso en las cooperativas, y reducido en bancos y compañías de financiamiento comercial.
Las alternativas disponibles
En un ambiente de altas tasas, pese a la caída de la tasa de usura en mayo hasta 45,41%, las Pymes cuentan con otras alternativas de financiamiento que vale tener en cuenta para liberar flujo de caja más allá de los créditos convencionales.
Renting de vehículos
Se trata de un contrato de arrendamiento de vehículos nuevos, superior a 48 meses que incluye mantenimiento, seguros, lavadas ilimitadas y los impuestos; puedes cambiar de vehículo después del mes 4 de uso y cuando finalizas el contrato puedes comprarlo como usado o rentar uno nuevo.
Con esta modalidad te puedes ahorrar en promedio un 15%. Los valores de la renta van desde $ 1.400.000 mensuales con impuestos seguros y mantenimientos incluidos.
El renting puede ser una buena opción que comprar porque un vehículo es un activo depreciable, es decir, pierde valor en el tiempo. Si lo compras implica grandes gastos tales como: IVA, matrícula, intereses, anuales, mantenimientos, repuestos, seguros, entre otros…Si lo vendes, debes pagar otros trámites adicionales más comisión por venta.
Además, hoy lo compras a un precio, mañana lo vendes por mucho menos y en este momento la brecha es mucho más amplia porque el mercado automotriz está sobrevalorado tanto para el usado como el nuevo… y eso es dinero que nunca vas a recuperar.
Ximena Rentería, fundadora y CEO de Renting Wow, dice que los principales beneficios tributarios del renting, son: IVA descontable (según actividad), deducción sobre la renta, optimización de activos y que no se asume la depreciación del activo.
Leasing
En una coyuntura retadora, el objetivo de las empresas no es la adquisición de activos, sino ser rentables y competitivas. Una alternativa para ello es el leasing.
El leasing se divide en dos tipos: el financiero, que permite la adquisición del bien al finalizar el contrato ejerciendo la opción de compra. Y el operativo, que facilita el uso del bien sin adquirirlo al final del periodo pactado.
Su ventaja es que no requiere una inversión inicial grande y permite que la financiación corresponda a montos mayores. Al independizarse el uso del bien de su propiedad, el riesgo disminuye y eso facilita la financiación a mediano y largo plazo.
Mediante este instrumento es posible comprar inmuebles, maquinaria y equipos, en el mercado nacional o internacional.
Leaseback
Aunque tiene similitudes con el leasing, en vez de facilitar la compra a terceros de un activo, permite a los empresarios vender sus activos a un intermediario financiero.
Así obtienen liquidez y, además, pueden continuar haciendo uso del activo al pagar un arrendamiento por un plazo determinado. También ofrece la opción de recomprar el bien al concluir el contrato.
Factoring
Mediante esta alternativa, las facturas electrónicas se negocian en el mercado, lo que da a las empresas liquidez sin tener que esperar el plazo pactado.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que solo pueden negociarse mediante esta figura las facturas electrónicas de venta registradas como título valor en la plataforma Radian de la Dian.
Ten en cuenta que Misiónpyme ofrece la solución de facturación electrónica de Facturatech que permite cumplir con todos los eventos de recepción de la factura para que se convierta en un título valor.