Trabajar con perspectiva de sostenibilidad es tener una mirada del negocio desde tres ópticas: la ambiental o la relación entre la organización y el entorno; la social o la interacción entre la empresa con otros en busca de su bienestar, y la económica o generación de valor.
Pero se han creado mitos sobre este concepto que es necesario superar para alinear toda la estrategia de la empresa con un propósito profundo.
Juan Pablo López, líder del Centro de Conocimiento Portafolio Verde – Vestigium, nos ayudó a identificar esos mitos y alternativas para derrumbarlos con acciones efectivas:
Mito 1: ser sostenible significa reciclar
Falso. El reciclaje es solo una de las acciones que las organizaciones pueden tomar para ser sostenibles desde el punto de vista ambiental. También pueden, por ejemplo, ser eficientes en términos energéticos o en el uso del agua. Incluso, pueden apostar por acciones que las hacen sostenibles a nivel social, como establecer condiciones laborales que garanticen todos los derechos de sus trabajadores y les brinden mejoras en su calidad de vida.
Mito 2: ser sostenible es muy difícil
Falso. Una empresa puede ser sostenible hoy al apagar sus luces o usar menos cartón en sus empaques. Lo difícil es mantener esas acciones o estrategias en el tiempo. Esto solo se logra cuando la sostenibilidad se ejecuta de forma consciente y cuando se implementan prácticas consistentes que consoliden ese propósito.
Mito 3: ser sostenible es un gasto
Falso. Depende desde qué perspectiva se analice la sostenibilidad: si una empresa quiere realizar un cambio tecnológico que le permita reemplazar la energía eléctrica por energía solar fotovoltaica, necesita recursos, pero esto no solo se traduce en la generación de un menor impacto en términos ambientales, sino en ahorros de dinero a futuro.
La sostenibilidad solo se logra cuando se ejecuta de forma consciente y cuando se implementan prácticas consistentes que consoliden ese propósito.
Mito 4: los productos sostenibles son costosos
Falso. Usualmente, en la producción de ciertos bienes se usan insumos de bajo costo, pero que terminan generando un impacto ambiental o social negativo. Los negocios sostenibles, en cambio, pueden usar insumos más costosos que ofrecen una mayor protección para el entorno o para la salud de las personas que fabrican los productos o los consumen. El beneficio económico es acumulativo.
Mito 5: los consumidores compran lo que necesitan, no lo sostenible
Falso. Los negocios sostenibles, como los demás, dependen de la relación entre la oferta y la demanda. Si se quiere incursionar en un mercado que le apuesta al triple impacto, entonces hay que hacerlo bajo la conciencia de ofrecer productos o servicios amigables con las personas, las comunidades y el planeta, de manera que el consumidor perciba esos valores y beneficios.
Mito 6: una golondrina no hace verano
Es probable que una empresa sienta que su estrategia de sostenibilidad no va a cambiar el mundo. En ese caso, debe saber que 193 países se comprometieron con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es decir que, ahora mismo, hay millones de ciudadanos y empresas que están haciendo aportes para su cumplimiento y que todos cuentan.
Mito 7: lo podemos hacer todo
Falso. Para comprometerse con la sostenibilidad una empresa no debe cambiar su objeto misional o su actividad económica. La sostenibilidad debe ser una filosofía tan transparente y sencilla que no debería requerir mayor esfuerzo en su adopción ni generar conflictos en procesos o áreas. Por el contrario, debe verse como un medio para vincularlas.