El proyecto de reforma laboral se hundió en el último día de sesiones ordinarias del Congreso y ahora el gobierno deberá radicarlo nuevamente en la próxima legislatura que comenzará el 20 de julio.
En lo que constituye el primer gran revés legislativo del gobierno, la reforma laboral radicada en marzo se hundió en la Comisión Séptima de la Cámara en medio de una avalancha de recusaciones y la demora de la Comisión de Ética de la cámara baja en resolverlas.
“El hundimiento de la reforma laboral es muy grave. Demuestra que la voluntad de paz y de pacto social no existe en el poder económico. Dueños del capital y de los medios lograron cooptar el Congreso en contra de la dignidad del pueblo trabajador”, señaló en su cuenta de Twitter el presidente Gustavo Petro.
«Es lamentable lo que está pasando. ¿Si la reforma es tan mala como dicen por qué no la dejaron debatir?», señaló la representante María Fernanda Carrascal.
El hundimiento de la reforma constituye un duro golpe para la administración Petro en el Congreso, donde el año pasado logró sacar adelante la reforma tributaria. Pero, a diferencia de esa iniciativa que contó con un apoyo mayoritario a pesar de las críticas del sector privado, este proyecto dividió a una frágil coalición, lo cual pone a tambalear las no menos controvertidas reformas pensional y a la salud.
“El gobierno rompió con la idea de un gobierno de coalición”, señaló Alejandro Gaviria, ex ministro de Educación del gobierno que fue ´renunciado´ por sus críticas a la reforma a la salud.
“Prefirió insistir en la idea equivocada según la cual el programa de gobierno era un mandato popular inmodificable. Las consecuencias son evidentes. La democracia liberal necesita consensos para gestionar el cambio”, señaló Gaviria.
En un día en el que la oposición realizó la autodenominada “Marcha de la Mayoría”, que según cifras de la Policía reunió a más de 90 mil personas en las calles, la masiva concurrencia constituye otro revés para el presidente que apenas logró convocar a unas 20.000 personas en todo el país el pasado 7 de junio, a pesar del apoyo de los sindicatos afectos al gobierno.
“Contrario a lo muchos creen, porque se lo dijeron así, el proyecto de reforma laboral no es un proyecto que genera equidad y produciría muchos efectos negativos sobre los más vulnerables. Difícil de creer pero así es”, señaló Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi. «Se ha tratado de manipular a la opinión pública con argumentos falsos y generando la idea de que el proyecto era favorable a los trabajadores, pero todos sabemos que en Colombia habría al menos medio millón de trabajadores que perderían su contrato».
Según un estudio del Banco de la República, la reforma podría destruir más de 450.000 empleos formales, por cuenta del aumento de los costos laborales, en un país en el que la tasa de informalidad supera el 58%, lo que equivale a más de 12 millones de personas de la población económicamente activa (24 millones).
A juicio de Mac Master, el hundimiento de la reforma laboral es la muestra de que las reformas tienen que hacerse pensando en toda la ciudadanía, en los efectos sobre los trabajadores, en las pymes, en los desempleados, en los emprendedores, en los efectos sobre los informales.
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“Desde el inicio ofrecimos nuestro concurso para poder trabajar todos en soluciones que mejoren condiciones de los trabajadores, reduzcan desempleo, disminuyan la informalidad y aumenten la productividad del trabajo que es la verdadera solución de largo plazo para poder producir más prosperidad para todos”, agregó.
El hundimiento de la reforma laboral, que no podrá ser discutida en sesiones extraordinarias por razones legales, unido al probable naufragio de los otros dos proyectos bandera del gobierno (pensional y salud) en el Congreso y al deterioro de la favorabilidad de Petro, constituye sin embargo una buena noticia para los mercados.
Recientemente, Bank of America, Barclays y la calificadora Moody`s habían señalado que reformas más moderadas o su hundimiento en el legislativo podrían favorecer la inversión extranjera e incluso aumentar el apetito de los inversionistas por Colombia, tal como lo refleja el reciente fortalecimiento del peso frente al dólar.