A partir de noviembre, el chocolate y las arepas con queso pagarán más impuestos

14 de septiembre de 2023

El impuesto para alimentos altos en azúcares, grasas saturadas y sodio que empezará a cobrarse a partir del primero de noviembre de 2023 afectará productos clave de la canasta familiar. ¿Cuál es la posición de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI frente a esta disposición contenida en la reforma tributaria?

El próximo primero de noviembre entra en vigor una disposición contenida en la reforma tributaria que establece un “impuesto saludable” para alimentos ultraprocesados. Es decir, los que tienen altas cantidades de azúcares, grasas saturadas y sodio. Este impuesto será del 10%, pero aumentará a 15% a partir del primero de enero de 2024 y a 20% en enero de 2025.

De acuerdo con Camilo Montes, director de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI, aunque el impuesto contempla ciertas exclusiones, se calcula que cerca de 170 productos de la categoría de alimentos sólidos, sin contar las bebidas, sufrirán el mayor impacto con la medida.

Entre los productos afectados por el nuevo impuesto están:

  • Panadería (salvo pan), pasteles, repostería doméstica e industrial, migas para panificación, entre otros.
  • Derivados cárnicos como chorizos, morcilla, carne de hamburguesa, costillas en salsa, salchicha, tocinetas, empanadas de carne y más.
  • Chocolate de todo tipo como el de mesa y las golosinas.
  • Arepas con queso y algunas arepas preenvasadas.
  • Cereales para el desayuno, condimentos y aderezos, confitería, galletas dulces y saladas, mermeladas, snacks dulces y salados, entre otros.

Lo complejo es que varios de esos productos siempre quedarían gravados porque es imposible que, en la reformulación, la relación frente a las calorías logre estar por debajo del umbral establecido en la ley. Por ejemplo, en los derivados cárnicos como los chorizos, el aporte de calorías de las grasas saturadas siempre va a superar el límite 10% o en las arepas de queso la relación de 1 a 1 frente al sodio. “Es imposible que la industria pueda dejar de facturar el impuesto, aunque haga una reformulación de sus productos, hay alimentos que siempre van a superar el 10% de aporte calórico en grasas saturadas o azúcares. Esto siempre ocurrirá en los derivados cárnicos”, explica Montes.

Algo similar ocurre con el chocolate, que siempre va a tener grasas saturadas porque estas son inherentes al cacao, de donde el chocolate proviene. Y con el sodio, que no solo se emplea para potenciar el sabor de los alimentos, sino que se usa para alargar su vida útil y evitar la propagación de bacterias.

Desde que se estaba discutiendo la reforma tributaria, la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI ha advertido que el denominado “impuesto saludable” afecta al sector que representa, compuesto por más de 43.000 compañías que se dedican a transformar materias primas para consumo humano, de las cuales el 98% son micro y pequeñas empresas.

Pero también “impactará al consumidor en un momento crítico en el que los hogares tienen que hacer un esfuerzo monumental para estirar sus ingresos, a los productores agrícolas y pecuarios en sectores como el cacaotero y papero, así como a los productores de frutas que se usan como materia prima para la elaboración de mermeladas y otros productos”, afirma Camilo Montes.

El efecto dominó recae sobre la cadena de distribución como las tiendas y los restaurantes. “Hemos insistido -dice Montes- en que el Gobierno debería aplazar la puesta en marcha del “impuesto saludable” debido a la coyuntura económica del país y considerar que no todos los alimentos deberían estar sujetos a él, pues el azúcar es inherente a ellos, o la grasa saturada o requieren sodio para mantener su inocuidad”.

Lo cierto, por ahora, es que la norma se debe cumplir. Ante ese panorama, el gremio empresarial propone a las pymes trabajar con los centros de investigación y desarrollo de alimentos que existen en Colombia o con las universidades para lograr la reformulación de sus productos si es posible, de manera que sean más saludables.

Por otro lado, teniendo en cuenta que las pymes usualmente solo desarrollan un producto, les aconsejan perseguir incesantemente la innovación en aras de ampliar su portafolio y educar al consumidor con respecto a que en una dieta balanceada todos los alimentos tienen su espacio.

El director de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI, entidad que realizará el Cuatro Congreso Agroindustrial los próximos 28 y 29 de septiembre en Medellín, afirma que, sin embargo, no se puede desconocer que la entrada en vigor del “impuesto saludable” exigirá hacer grandes esfuerzos para mantener el empleo, la producción y el abastecimiento en el país, esto especialmente en las mipymes colombianas.

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