La productividad laboral ha cobrado mayor relevancia con la reducción de la jornada laboral en Colombia que comenzó a regir en julio de este año bajo la Ley 2101 de 2021 y se aplicará de manera paulatina, arrancando con una hora este año.
Definir la productividad laboral suele ser un asunto complejo, aunque en esencia hace referencia al número de horas de trabajo y esfuerzo así como de productos o servicios que puede realizar un empleado en un periodo determinado.
Javier Ayala, extensionista del programa Fábricas de Productividad y Sostenibilidad experto en sistemas de calidad y productividad, afirma que “una mayor productividad laboral, implica hacer más con menos o con los mismos recursos, lo que es esencial para la competitividad, el crecimiento y éxito de las empresas”.
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Según cifras del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Colombia ocupó el último lugar de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para el año 2022, en el indicador de productividad laboral calculado como el PIB por hora trabajada.
“Los colombianos somos gente muy trabajadora. Sin embargo, trabajamos largas jornadas y esto no siempre se refleja en los resultados en términos de productividad”, añade Ayala.
Esto representa un gran desafío para las empresas, considerando que la jornada laboral seguirá reduciéndose de manera gradual hasta alcanzar las 42 horas semanales en el año 2026.
“Tenemos la oportunidad de mejorar la productividad laboral. Es necesario medirla y darle seguimiento, tener una estrategia de mejora y enfocarse más en los resultados y no tanto en las horas trabajadas.”
– Javier Ayala, extensionista del programa Fábricas de Productividad y Sostenibilidad experto en sistemas de calidad y productividad.
El experto asegura que los retos a los que se verán enfrentadas las empresas en este contexto, para lograr niveles similares o mejores de producción en menos tiempo de trabajo pueden incluir: la necesidad de reorganizar horarios, optimizar procesos y garantizar que los empleados estén bien capacitados y motivados para ser más eficientes en sus quehaceres diarios.
¿Cómo impulsar la productividad laboral?
Establecer una estrategia de productividad en las empresas es clave para hacer frente a los cambios que dicta la normatividad, identificando las acciones que mejor se ajusten a sus necesidades. Javier Ayala sugiere las siguientes:
- Establecer metas y objetivos claros para todos.
- Monitorear y dar seguimiento a los indicadores de desempeño de los procesos y las personas.
- Establecer prioridades y comunicarlas claramente a todo el equipo de trabajo.
- Reconocer los logros y resultados de las personas y equipos de trabajo, incluyendo parte del salario variable ligado a sus resultados.
- Contar con beneficios como salario emocional para los colaboradores.
- Fomentar un buen ambiente laboral, promoviendo la participación, las ideas, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo.
- Permitir un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, para evitar el agotamiento. Estar ocupados no significa que seamos productivos.
- Invertir en la capacitación y el desarrollo de las personas.
- Enfocarse en la gestión basada en procesos estables, estandarizados y conocidos por todos.
- Implementar actividades y proyectos de mejora continua.
- Automatizar procesos repetitivos, siempre que sea posible.
¿Quién puede acompañar este proceso?
A nivel nacional, existen alternativas a disposición de los empresarios que les brindan acompañamiento de la mano de expertos para implementar procesos de productividad, generando repercusiones positivas en su competitividad.
Una de ellas es el programa ‘Fábricas de Productividad y Sostenibilidad’, del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, de la mano de Colombia Productiva y las Cámaras de Comercio, que brinda asistencia técnica y conocimiento a empresas de todos los departamentos del país, especialmente mipymes.
El programa implementa un modelo de extensionismo tecnológico, que consiste en intervenciones técnicas especializadas mediante proyectos que se desarrollan al interior de las empresas, para mejorar sus resultados e indicadores internos mínimo en un 8%.
Estas intervenciones inician con un diagnóstico, realizado por los gestores de productividad de la Cámara de Comercio correspondiente, en el cual se evalúan las condiciones iniciales de la empresa y se define la línea de intervención. Una vez definida la línea, se realiza un proceso de selección del extensionista (experto) y se inician los proyectos.
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