A pesar del rebote de la economía en los últimos dos años, 265 empresas solicitaron la admisión a la ley de insolvencia durante el primer trimestre del 2022 buscando garantizar su supervivencia.
El pasado 14 de julio, la Superintendencia de Sociedades anunció que Restcafe S.A.S. y Franquicias y Concesiones -Frayco S.A.S. –propietarias de las marcas Café Oma y Presto-, fueron admitidas en proceso de reorganización empresarial, tras verificar el cumplimiento de los supuestos y requisitos legales para el trámite concursal.
Y aunque hay muchos prejuicios entre los empresarios sobre la Ley 1116 de 2006, también conocida como ley de insolvencia, la reorganización empresarial es considerada como un mecanismo clave para ayudar a las empresas a sortear los problemas de carácter financiero, por lo cual es vista como un salvavidas.
“Los empresarios siempre deben tener en cuenta que las crisis tienen 3 cosas en común: una solución, una fecha de caducidad y una enseñanza para la vida”, dijo Martín Emilio Ramírez, abogado asociado de Galo Estudio Legal, durante el webinar “Mitos y realidades de la ley de insolvencia” que realizó MisiónPyme.
En una coyuntura caracterizada por tasas de interés elevadas, volatilidad cambiaria, menor crecimiento e incertidumbre política, el panorama de la economía es cada vez más retador para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas.
Y aunque los propios empresarios son quienes tienen la sensibilidad sobre la situación de sus empresas, sí hay unas señales de alerta que pueden servirles para determinar si es el momento de acogerse a la ley antes de que sea tarde.
De hecho, Ramírez explicó que la ley contempla unos requisitos legales “que me dicen si puedo entrar o no”. “Hoy en día, para poder entrar en un proceso de insolvencia o reorganización empresarial tengo que estar en una causal de cesación de pagos, que se presenta cuando tengo dos o más obligaciones vencidas por más de 90 días, o dos o más procesos ejecutivos en contra y, además, que esas obligaciones sumadas sean por lo menos del 10% del pasivo total o más”, explicó el experto de Galo Estudio Legal.
Ramírez puso el ejemplo de una empresa que tiene un pasivo total de $100 millones.”Si yo les debo a dos acreedores $20 millones, y esas facturas están vencidas por más de 90 días, estoy cumpliendo el supuesto de la cesación de pagos”.
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Y es que uno de los factores que facilita el éxito de los procesos de insolvencia es la oportunidad y celeridad en la toma de decisiones. “La misma norma brinda la oportunidad de acogerse a la reorganización cuando las obligaciones sumadas llegan al 10%, no hay que esperar a que la cifra crezca y llegue al 90% porque ya puede ser tarde”, agregó Ramírez.
Otra señal o bandera roja que puede ayudar a tomar la decisión es cómo ha evolucionado la situación de la compañía en los últimos tres años. De hecho, para aceptar la solicitud de admisión al proceso concursal, la Supersociedades pide los estados financieros de los últimos 3 años.
“Es clave que el empresario mismo haga el análisis para decidir si es mejor lograr un acuerdo ahora a 4 ó 5 años, lo cual le permitirá respirar un poco y renegociar las tasas de interés con los bancos, o incluso el pago a los proveedores, y más importante aunm, revisar la viabilidad de la empresa en el corto y mediano plazos”, señaló Ramírez.
“Una de las ventajas que ofrece la ley 1116 de 2006 es la suspensión de los procesos ejecutivos, lo cual quiere decir que si la empresa tiene un embargo en sus cuentas corrientes o de ahorro, esos embargos se van a levantar mientras la compañía está en el proceso de insolvencia”, agregó.
Otro beneficio de esa figura es que si la empresa tiene inmuebles hipotecados o embargados, se detienen dichos procesos, lo cual le brinda un respiro al empresario y la posibilidad de buscar una fórmula para sacar la empresa adelante, y seguir pagando las deudas en unas condiciones más favorables.
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Además de hacer la solicitud a la Supersociedades o a un juez de circuito, el empresario debe tener la contabilidad al día y un flujo de caja proyectado que demuestre la viabilidad del negocio con el fin de presentarlo ante la autoridad correspondiente.
Con el fin de facilitar el proceso de insolvencia, la Supersociedades cuenta con un módulo habilitado en su página web donde los interesados pueden acceder a la información necesaria para comenzar el proceso.
A pesar de que dicho proceso es relativamente sencillo, la entidad puede tomarse entre dos y tres meses antes de darle el visto bueno, por lo cual la recomendación de Ramírez es que es fundamental tener la información contable y financiera al día para evitar demoras adicionales.
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